Riego en cultivo indoor: cuánto, cómo y cuándo regar tus plantas

Uno de los errores más comunes en cultivo indoor es regar mal: ya sea por exceso, por defecto o en horarios inadecuados. Un buen riego marca la diferencia entre plantas sanas y productivas… o plantas estresadas y propensas a plagas.


1. ¿Cada cuánto se riega?

No hay una fórmula exacta, pero hay señales claras. La frecuencia depende de varios factores: tamaño de la maceta, tipo de sustrato, etapa de la planta, temperatura y humedad ambiental.

En general:


Tip práctico: mete un dedo en el sustrato. Si los primeros 3-4 cm están secos, toca riego.


2. ¿Cuánta agua necesita cada planta?

Depende del porte de la maceta. Aquí una referencia:

Consejo: riega lento, hasta que empiece a drenar por debajo. Así evitas encharcar y aseguras buen alcance a las raíces.


3. ¿Qué agua usar?
• Agua de la llave reposada por 24 h para eliminar el cloro.
• Agua de lluvia (si es limpia).
• Agua filtrada (de osmosis, pozo o similar), pero agrega calcio y magnesio si es muy blanda.

Evita:
• Agua con cloro fuerte o muy dura.
• Agua estancada o con mal olor.


4. Métodos de riego
1. Desde arriba (tradicional)
• Usado por la mayoría. Riega suave, en círculos, para mojar todo el sustrato parejo.
2. Por abajo (inundación o capilaridad)
• Se deja agua en la bandeja para que la planta absorba desde el fondo. Ideal cuando el sustrato está muy seco o quieres estimular raíces profundas.
3. Foliar (pulverizado)
• Solo en vegetativo y cuando el ambiente está fresco. Nunca con luces fuertes encendidas.


5. Señales de riego mal hecho
• Exceso de agua: hojas caídas hacia abajo, sustrato siempre mojado, mal olor o raíces podridas.
• Falta de agua: hojas caídas hacia arriba, crecimiento lento, sustrato duro o seco como tierra de macetero olvidado.

Tip visual: levanta la maceta vacía y mojada. Te ayuda a entrenar el ojo y saber cuándo toca riego.
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